Aquí tenéis un plato sencillo y rápido de hacer, resultón y muy indicado para levantar la moral en época de exámenes. Seguro que tenéis pasta en casa, al fin y al cabo sois estudiantes. Aprovechad que todavía hay buenas setas frescas a vuestro alcance: de cardo, shiitake, champiñón blanco o moreno, níscalos, boletus... valen todas. Y si os viene mejor echar mano de uno de esos tarros de cristal donde van todas juntas en líquido de conserva, no pasa nada, hacedlo, la receta saldrá muy rica. Palabra de Cheftre.
Para dos personas:
Mientras en una olla llena de agua con sal se cuecen 100 gramos de pasta por persona (variedad "tortiglioni" en mi caso) calentamos aceite en una sartén. Echamos un diente de ajo muy picado y cuando empiece a bailar le añadimos las setas enjuagadas, secas y cortadas en unos trozos que nos quepan cómodamente en la boca. Que hay que explicarlo todo, caray. ¿Cuántas setas? preguntaréis. Las que queráis a partir de un buen puñado, contestaré. Los hongos encogen en el fuego y no váis a comer otra cosa que pasta y setas. Así que no escatiméis. Saltead durante tres minutos. Salpimentad. La pimienta blanca le irá al pelo. Añadid un chorro de algún brandy decente (un whisky decente también vale) y esperad a que se evapore el alcohol, cuestión de segundos. A continuación volcamos en la sartén un brik pequeño de nata, tapamos y apagamos el fuego. Reservamos al calorcito.
Un apunte sobre la nata: no conviene que hierva, no interesa cocinarla mucho. Con el calor residual servirá. Y si no puede ser porque tenemos cocina de gas o inducción, dadle un minuto de fuego muy bajo para que coja el sabor de las setas y lo demás. Y un apunte sobre el colesterol: podemos sustituir la nata por algún preparado vegetal de características similares, como es el caso de la foto. Qué se le va a hacer. Yo la encontré muy rica.
Cuando la pasta esté al dente (en España tendemos a comerla demasiado blanda) la escurrimos, la devolvemos a su olla, la ponemos al fuego de nuevo, muy suave, le añadimos un chorro de nuestro mejor aceite de oliva, removemos, vertemos la salsa de setas sobre la pasta, mezclamos durante medio minuto para que las pasta coja el sabor de la salsa, espolvoreamos con perejil picado fresco y servimos.
La pasta con nata se enfría de mirarla así que no le déis tregua. Con vino blanco está estupenda pero con el Bryter Layter de Nick Drake se sale. De postre, mandarinas.
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