miércoles, 9 de octubre de 2013

Crema de zanahorias y leche de coco

Me encontré con esta potente sopa de aromas orientales en Friburgo de Brisgovia un mediodía de agosto. El verano en la Selva Negra es bastante traicionero, llovía a mares, hacía un frío que pelaba y no llevaba la ropa adecuada. Aun así, recuerdo la ciudad con mucho cariño pese a que no la aprecié demasiado por culpa de la cortina de agua. Supongo que fue por esta receta y por el calor humano que me transmitieron sus habitantes.
Por ahora el otoño es caluroso pero tarde o temprano llegará el frío a Huelva y conviene que ese día, cada vez menos lejano, os coja preparados. Si hacéis esta crema tendréis una buena solución para las cenas  de casi una semana y eso no es moco de pavo, sobre todo cuando el tiempo empiece a escasear, las clases y las prácticas se multipliquen y lleguéis demasiado rendidos a casa como para poneros a cocinar algo decente. Un plato de este mejunje alivia el cuerpo, calienta el estómago y levanta el espíritu gracias a los exóticos condimentos que contiene. Y además es bastante original.
Machaca en un mortero una cucharadita de cominos y otra de granos de cilantro. Cuando lo tengas listo añade una cucharadita de curry y otra de cúrcuma. En una olla con una cucharada de aceite sofríe media cebolla junto a un diente de ajo y una guindilla cayena, todo bien picado. Añade un kilo de zanahorias peladas y cortadas en rodajas anchas, en trozos o como mejor te venga. Remueve un par de minutos y añade la mezcla del mortero. Vierte un litro de agua, una pastilla de caldo de pollo y que cueza. Si lo haces en olla a presión bastará con doce minutos. Si utilizas una olla convencional cuenta con media hora o hasta que la zanahoria se pueda triturar. Cuando lo tengas listo sácalo del fuego y añade un bote de leche de coco que puedes encontrar en supermercados con vocación internacional o en tiendas de productos exóticos. Tritura y rectifica de sal y de agua si te parece que está sosa o demasiado pastosa. Cómetela bien caliente con un poco de cilantro fresco. Algo de Kevin Ayers contribuirá a hacer más marciana la experiencia.

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